Penquijote

«Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín y confirmándose a sí mismo, se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse, porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto y cuerpo sin alma»

Siempre he sido alguien de alma pintoresca,
un Don Quijote, igual de valiente,
un caballero andante del presente
buscando una aventura cervantesca: Sigue leyendo